sábado, 2 de mayo de 2009

La utilización de hongos simbióticos se ha convertido desde no hace muchos años en una técnica para estimular el crecimiento y la floración de las plantas y árboles de una forma puramente biológica, natural y ecológica mediante la utilización de micorrizas.

PRINCIÀLES GENEROS DE HONGOS
  1. En las ECTOMICORRIZAS Suillus, Cortinarius, Rhizopogon, Cenococcuym, Thelefora, Pisolithus.
  2. En las Orquideomicorrizas: Armillariella, Gymnopilus, Marasmius, Fomes, Xerotus, Ceratobasidium, Corticium, Sebacina, Tulasnella.
  3. En las Ericomicorrizas: Pezizella.
  4. En las Micorrizas arbusculares: Acaulospora, Entrophospora, Gigaspora, Glomus, Sclerocystis y Scutellospora.
  5. En las Ectendomicorrizas: Endogone.

 ¿Cómo se produce la colonización? 

Se produce una identificación mutua planta‑hongo en la rizosfera, en regiones próximas a las raíces nutricias; este reconocimiento parece mediado por sustancias exudadas por la raíz que provocan el crecimiento del micelio y un biotropismo positivo del mismo hacia la raíz. 

Luego se produce el contacto intercelular al formarse una estructura llamada apresorio.

En tercer lugar se producen cambios morfológicos y estructurales tanto en los tejidos colonizados por el hongo, como en la organización de la pared celular del simbionte fúngico. 

Posteriormente se produce la integración fisiológica de ambos simbiontes, y por último se produce una alteración de la actividades enzimáticas, que se coordinan entre los simbiontes para integrar sus procesos metabólicos (Gianinazzi‑Pearson, 1984; Azcón‑Aguilar y Bago, 1994).

 ¿Existe especificidad en la formación de micorrizas? 

Si bien las asociaciones micorrícicas se consideran en general no específicas, es decir que cualquier hongo simbionte puede colonizar cualquier planta receptiva, existen sin embargo «preferencias» o una mejor afinidad‑compatibilidad entre determinadas parejas hongo/planta. En contraste existen también casos como en Eucaliptus, Malus, Arbutus (Meyer, 1973) en que la total inespecificidad asociativa hace que estas y otras especies estén colonizadas al mismo tiempo por formaciones tan distintas como ectomicorrizas y endomicorrizas.

 ¿Cuáles son los efectos de las asociaciones micorrícicas?

 Las micorrizas actúan a varios niveles, provocando alteraciones morfológicas y anatómicas en las plantas hospedadoras como cambios en la relación tallo‑raíz, en la estructura de los tejidos radicales, en el número de cloroplastos, aumento de la lignificación, alteración de los balances hormonales ..., efectos que no son sólo explicables como una simple mejora nutritiva de la planta debida al aumento de eficacia en la absorción de nutrientes por la raíz gracias a la formación de la micorriza, sino que responde a cambios metabólicos más profundos y complejos debidos a la integración fisiológica de los simbiontes. 

Otro de los efectos mas interesantes de las micorrizas es su papel en relación con el ecosistema en el que se desarrollan; así interaccionan con diversos microorganismos de la micorrizosfera etableciendo provechosas cooperaciones con unos y compitiendo con otros generalmente de tipo patógeno, e incluso interactuando con la microfauna de la rizosfera (Nematodos, Afidos, Acaros, ...) aunque su papel aparentemente protector es relativo (Moser y Haselwandter, 1983).

 ¿Cuáles son las aplicaciones prácticas de las micorrizas? 

Aparte de su interés científico: estudios de tipo fisiológico en plantas, en microbiología, aplicaciones a la biotecnología en la producción comercial hortofrutícola y ornamental, son de destacar su aplicación a procesos de reforestación‑revegetación (Salamanca et al., 1992) y de recuperación de zonas áridas y de suelos degradados (Daft et al., 1975). 
Otra de las aplicaciones punteras es fácil de deducir de todo lo dicho, su aplicación en el control biológico contra agentes patógenos de la rizosfera. 
Pero el mejor motivo para trabajar con ellas y la mayor satisfacción que ofrecen a sus manipuladores es la obtención de plantas vigorosas y sanas.

LA IMPORTANCIA DE LAS MICORRIZAS



BIBLIOGRAFIA